Como muchos saben, luego de la segunda guerra mundial, Alemania quedó bajo el dominio de las grandes potencias victoriosas tras la guerra. EEUU y Rusia se habían aliado para luchar contra los nazis, pero estos dos siguieron siendo enemigos después de la guerra puesto que sus ideales políticos eran totalmente opuestos. Todos los carteles, anuncios y demás medios escritos que estaban distribuidos por Berlín estaban ahora escritos en inglés, ruso y francés. El alemán paso a ser el último idioma en importancia.
Además, con la Guerra Fría, los recursos de Rusia comienzan a agotarse, y las consecuencias se empiezan a reflejar en la decadencia del este ruso de Berlín. Empieza a haber fuga de cerebros, del este ruso al oeste americano. Ello deteriora aún más la ya frágil economía rusa. Es por ello que los rusos deciden construir un siniestro muro en Berlín. Amigos y familiares quedan separados de la noche a la mañana. Muchos intentan escapar al oeste saltando el muro, pero muy pocos lo logran, pues la seguridad es excesiva y el fracaso al cruzar el muro deviene en muerte. La canción de Nino Bravo “Libre” fue dedicada a la primera víctima que se cobró el puto muro. Peter Fechter, un obrero de apenas 18 años que intentó cruzar el muro de la vergüenza y fracasó en el intento.
Humillados, separados, asesinados… Un pueblo que fue reducido a nada sigue pagando las consecuencias de los desastres causados por un desquiciado gobernante aún después de más de 40 años de su muerte.
La caída del Muro de Berlín en el 89 representa uno de los hechos más importantes e influyentes de la historia de la humanidad. Simplemente me parece increíble cómo habiendo sido reducido al polvo, un pueblo puede encontrar las fuerzas para levantarse, luchar y trabajar para convertirse una vez más en el motor de Europa. Este videoclip de Paul Van Dyk representa estupendamente el motivo de mi admiración por el pueblo alemán.
Berlín nunca olvida. Siempre se podrá encontrar hasta en los rincones más recónditos de la ciudad algo que te haga consciente de la triste historia que se oculta detrás de esta maravillosa ciudad. Incluso tomando una divina Paulaner en Kurfürstendamm, tienes el dudoso honor de ver la Iglesia del Recuerdo, una iglesia cuya torre principal fue destruida por una bomba. La torre nunca se reconstruyó.
También en muchas aceras de la ciudad se puede ver incrustado en el suelo una pequeña placa dorada con algunos nombres inscritos en ella. Esos son los nombres de los judíos que habitaron la vivienda justo delante de donde uno está parado, y que fueron llevados por la fuerza a campos de concentración.
Quiero reiterar lo increíble que es esta ciudad. Te exhorto, querido lector, a que apenas tengas oportunidad, hagas una visita programada (o no) a esta maravillosa urbe, que sin duda, te dejará enamorado (u obsesionado) como lo ha hecho conmigo.
Hoy en día Berlín es una de las ciudades más importantes de Europa económicamente, y también una de las más divertidas, ya que no importa si eres un geek, un skater, un hípster, un latino, un oriental, un hindú, un musulmán, un homosexual, o un latino salsero judío homosexual, no importa, siempre serás capaz de encontrar un rincón en Berlín que te hará sentir que estas en el lugar adecuado.
